viernes, 28 de mayo de 2010
¿ QUIÉNES SON LOS QUE NOS CAUSAN MOLESTIA, HOY DÍA?
¿ QUIÉNES SON LOS QUE NOS CAUSAN MOLESTIA, HOY DIA?
Por: Juan José Concepción ( seminarista) -tomado de la Revista Merzabah.
Una vez haciendo una pequeña reflexión, pregunte a los fieles ¿ Cuáles son las personas que hoy día molestan nuestra vida, y nuestro entorno social que nos dejan vivir tranquilos? Casi la mayoría de los presentes respondió a la pregunta y las respuestas que atinadaban eran los políticos porque prometen y no cumplen, los drogadictos, los borrachos, los piedreros, los maleantes, los locos, los violadores, los que secuestran a las personas, los perezosos que no quieren trabajar y son una carga, las prostitutas, en fin todo aquel que siempre anda haciendo el mal a los demás...y así todos fueron respondiendo. De hecho hoy día, estas personas mencionadas molestan, pero son una molestía pasajera.
Al final "Yo" respondí que no son Ellos los que fastidian nuestra vida, sino aquellos que son verdaderos profetas, aquellos que nos hacen ver la justicia divina, nos dicen la verdad, son aquellos que en nombre de Dios denuncian todo tipo de injusticia, esas son las personas que hoy molestan, porque estamos acostumbrados a vivir en medio de la injusticia y no nos gusta que nos digan la verdad, ciertamente se cumple aquel pasaje biblico que dice " nadie es profeta en su tierra" (Mc.6,4), realmente el profeta vive en medio de la sociedad conoce la realidad y lo dice, no titubea en decir la verdad en nombre de Dios, por eso es despreciado y tenido por malo. Ahora entendemos porque no es fácil hacer el papel de profeta, ahora entendemos porque la mayoría de los profetas del Antiguo Testamento y los Nuevo Testamento, aun los que hoy juegan ese papel son perseguidos hasta la muerte.
Recordemos que los hombres más pertubadores y fastidiosos en el Antiguo Testamento y en toda la historia de la humanidad han sido sin duda alguna los profetas.
El verdadero profeta siempre está en movimiento, no se estaciona, no es una persona que le gusta la comodidad, pone a los demás en movimiento. No es cualquier agraciado, sino un conmovido de la situación actual. Por el profeta tiene que pasar la acción de Dios, que va transformando la mentalidad de los pueblos y conduciéndolos a la vida de perfección. No hay que perder de vista que el profeta es alguien alcanzado por Dios, alguien que ha sido llamado y que acoge en su vida.
Esa una persona que ha sido conmovida por la experiencia de participar en los sentimientos de Dios, haciéndole capaz de sentir su misma compasión por la humanidad doliente. Es alguien enviado, que tiene la misión de comunicar a otros la Palabra escuchada, y que intenta persuadir a los otros, desde su debilidad, de la cuál es el proyecto de Dios para la humanidad.
Su actitud suele generar conflicto con el poder, pues sale en defensa de los débiles,sin embargo, es capaz de aguantar y permanecer fiel ante las dificultades.
Es alguien que trata de dinamizar la historia, abrirla hacia un horizonte de esperanza. En medio de esta realidad cabría bien hacernos una pregunta ¿ encontramos a alguien hoy día que lucha por defender la justicia y que siempre esta de lado de los débiles?
Hoy sentimos que estamos en un tiempo de exilio, sin profetas, sin personas de referencia que indiquen el camino. Quizas su palabra ha sido silenciada por eso contamos con tantos mártires en América Latina ( P. Héctor Gallegos, Monseñor Romero, etc)
El profeta se lanza a encontrar la Palabra de Dios en la misma historia de las relaciones de Dios con su pueblo. No hablan de un futuro lejano, pues la voz del profeta no es futurología ni chantagería, sino un hombre que dialoga con el pueblo, con su realidad, con los líderes de su tiempo. Experimentan a Dios en el Corazón de la historia, ahí es donde perciben su voz y captan sus exigencias. En esta forma el profeta se convierte en reivindicador de la imagen del verdadero Dios, una garantía de Dios para su pueblo, un espacio humano donde se encuentra Dios.
El verdadero profeta de hoy se diferencia de aquel que sería un falso profeta, ya que el falso profeta es un ser indefenso que busca las formas de encarnar los males de su tiempo, pero sobre todo sería incapaz de ofrecer una alternativa de solución para el pueblo, además se convertiría en propagador de una ideología barata y fácilmente manipulable, de la cual en vez de ayudar al pueblo, lo hunde en el abismo infernal de la mentira, y sería un aprovechador de las ovejas, y no su pastor.
Me llama la atención que el profeta, aunque le obliguen a callar, es imposible que lo haga, siempre es un hombre que está al tanto de los acontecimientos, que se van en ayuda de los más débiles, se hace constante, además su voz es pura transparencia. El problema de los profetas es que Ellos ven y les queda claro lo que los demás no ven, por lo tanto el profeta tiene una libertad plena.
El profeta de todos los tiempos y de manera especial de hoy arriesga su vida y deja bien claro, si me matan a mí, no matan al que me puso en movimiento y sí esto es de Dios otro vendrá y seguirá la obra. Es decir es un hombre convencido de su rol. Hay que tener presente que no hay profeta sin inspiración provoca una reacción ante el impacto de una presencia, que pone todo en movimiento.
Los sistemas son los primeros enemigos de los profetas hoy día, porque el profeta es un despertador de conciencias dormidas en medio del pueblo. El profeta es un líder y tiene autoridad a la hora de hablar, no se deja confabular por el poder, pues la búsqueda de poder corrompe, además se atreve a enfrentar todo tipo tipo de sistema, poniendo siempre en riesgo su vida.
Ser profeta hoy en nuestro país presupone una comunicación profunda con el Señor. Inspirados por el Espíritu debemos asumir la actitud del que habla lo que ha oído de parte de Dios y para el pueblo de Dios. No es un privilegio, es un servicio a favor de los más débiles. Nuestro reto es ser profetas, intérpretes de la voluntad de Dios para el pueblo aquí y ahora, y por eso debemos atender decididamente a los signos de los tiempos. Ser profeta es llevar la cruz conesperanza como Cristo profeta. No se concibe un profetismo en el hoy de Panamá y de América Latina que sea anuncio vacío, espiritualismo desencarnado.
El profeta de hoy lanza preguntas que se desearía no fuesen formuladas, pone el dedo en la llaga y hace saltar a los " poderosos". Su exigencia da respuesta a Dios, lanza una palabra transformadora de la historia de los hombres. El profeta actual como receptor del mensaje de Dios, tiene que hacer una opción libre. En el fondo ser profeta es una opción, una decisión en la que se apuesta la vida.
Finalmente la misión del profeta no deja de ser ingrata, pues la palabra de Dios suele ser un estorbo y una molestia para todos: para reyes, principes, autoridades,sacerdotes, falsos profetas y para el pueblo en general. Con esto se ha llegado al tiempo en que se mata a los profetas en nombre de Dios, aún en nombre de Cristo.
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