martes, 30 de noviembre de 2010
Me Levantaré
Para todos aquellos que se sienten tristes, solos y sin ganas de seguir adelante, pero con Dios todo lo pueden.
martes, 27 de julio de 2010
SOLIDARIDAD DE LAS IGLESIAS DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE CON HAITÍ
SOLIDARIDAD DE LAS IGLESIAS DE AMÉRICA LATINA
Y EL CARIBE CON HAITÍ
Los Presidentes de las Conferencias Episcopales de América Latina y El Caribe convocados, a solicitud de la Conferencia Episcopal de Haití, por la Presidencia del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), se han reunido en Bogotá con el Presidente de la Conferencia Episcopal de Haití, Mons. Louis Kébreau, Arzobispo de Cap-Haitien.
El terremoto del 12 de enero de 2010, no sólo ha movido físicamente la tierra. No sólo ha sido causa de dolor y daño para personas concretas. Ha sido también una llamada de atención para la misma Iglesia en Haití y, desde ella, para la Iglesia que peregrina en América Latina y El Caribe.
Pasados 6 meses en que los hermanos de Haití han recibido apoyo de muchos países y de la Iglesia en América Latina, que ha permitido atender las primeras y más urgentes necesidades, hemos conversado sobre una indispensable segunda etapa. No podemos olvidar a este país hermano, a quien una vez más manifestamos nuestra cercanía y solidaridad. Hemos de mirar con ellos hacia delante.
Es el momento de actuar y proyectar el futuro inmediato. Un camino sereno apoyado en la fe en Jesucristo, Señor de la historia, con la esperanza de la comunión en la caridad de las distintas Conferencias Episcopales. En este espíritu hemos asumido las propuestas expuestas por Monseñor Louis Kébreau en nombre de la Iglesia en Haití, enriquecidas por el diálogo fraterno con los Presidentes de las CCEE presentes en la Reunión.
El CELAM será el interlocutor privilegiado para las CCEE en orden a mantener la continuidad de este diálogo y la puesta en práctica de las siguientes iniciativas:
1. Transmitir la información oportuna y actualizada para continuar la promoción de ayuda humanitaria.
2. Facilitar oportunidades para la formación de agentes: presbíteros, seminaristas y laicos. Sabemos que ellos están viviendo las limitaciones que el momento exige respondiendo en la fe a su vocación.
3. Otorgar becas para seminaristas y para la formación permanente de sacerdotes.
4. Priorizar algunas intervenciones más urgentes y prever los recursos necesarios para la construcción de los seminarios, templos, centros de salud y centros de formación para laicos que los capacite para el liderazgo en el compromiso social de los católicos.
Reconocemos que la Iglesia que peregrina en Haití nos anima a caminar con esperanza para descubrir en este acontecimiento dramático y desafiante el plan de Dios, y crecer como Iglesia misionera en comunión.
Bajo el amparo de Nuestra Madre de Guadalupe, Patrona de América, ponemos en sus brazos a todos aquellos que han sido llamados a la Casa del Padre, entre ellos: el Sr. Arzobispo de Puerto Príncipe, Serge Miot, su Vicario General, Mons. Benoit, su Canciller el P. Chery y muchos sacerdotes, religiosas y religiosos, seminaristas y fieles laicos. A Ella encomendamos así mismo la fecundidad de este encuentro fraterno que hemos vivido.
Bogotá, 23 de julio de 2010
+ Raymundo Damasceno AssisArzobispo de Aparecida, BrasilPresidente del CELAM + Baltazar Enrique Porras CardozoArzobispo de Mérida, VenezuelaPrimer Vicepresidente del CELAM
+ Andrés Stanovnik, OFM.Cap.Arzobispo de Corrientes, ArgentinaSegundo Vicepresidente del CELAM + José Leopoldo González GonzálezObispo Auxiliar de Guadalajara, MéxicoSecretario General del CELAM
jueves, 17 de junio de 2010
Soy un Simple Sacerdote
Soy un simple sacerdote católico uruguayo que hace 20 años vivo en Angola.
Por: Pbro. Martín Lasarte (salesiano) – Angola
Me siento feliz y orgulloso de mi vocación.
Me da un gran dolor por el profundo mal que sacerdotes que deberían de ser señales del amor de Dios, sean un puñal en la vida de inocentes. No hay palabra que justifique tales actos.
Veo en muchos medios de información, la ampliación del tema en forma morbosa, investigando en detalles la vida de algún sacerdote pedófilo.
Así aparece uno de una ciudad de USA, de la década del 70, otro en Australia de los años 80 y así de frente, otros casos recientes…
¡Es curiosa la poca noticia y desinterés por miles y miles de sacerdotes que se consumen por millones de niños, por los adolescentes y los más desfavorecidos en los cuatro ángulos del mundo!
Pienso que los medios de información no le interesa que yo haya tenido que transportar, por caminos minados en el año 2002, a muchos niños desnutridos desde Cangumbe a Lwena (Angola), pues ni el gobierno se disponía y las ONG’s no estaban autorizadas.
No ha sido noticia que haya tenido que enterrar decenas de pequeños fallecidos entre los desplazados de guerra y los que han retornado; que le hayamos salvado la vida a miles de personas en Moxico mediante el único puesto médico en 90.000 km2, así como con la distribución de alimentos y semillas;
que hayamos dado la oportunidad de educación en estos 10 años y escuelas a más de 110.000 niños...
No es de interés que con otros sacerdotes hayamos tenido que socorrer la crisis humanitaria de cerca de 15.000 personas en los acuartelamientos de la guerrilla, después de su rendición, porque no llegaban los alimentos del Gobierno y la ONU.
No es noticia que un sacerdote de 75 años, el P. Roberto, por las noches recorra las ciudad de Luanda curando a los chicos de la calle, llevándolos a una casa de acogida, para que se desintoxiquen de la gasolina; que alfabeticen cientos de presos; que otros sacerdotes, como P. Stefano, tengan hogares transitorios para los chicos que son golpeados, maltratados y hasta violados y buscan un refugio.
Tampoco que Fray Maiato con sus 80 años, pase casa por casa confortando los enfermos y desesperados.
No es noticia que más de 60.000 de los 400.000 sacerdotes, y religiosos hayan dejado su tierra y su familia para servir a sus hermanos en una leprosería, en hospitales, campos de refugiados, orfanatos para niños acusados de hechiceros o huérfanos de padres que fallecieron con Sida, en escuelas para los más pobres, en centros de formación profesional, en centros de atención a cero positivos… o en parroquias y misiones dando motivaciones a la gente para vivir y amar.
No es noticia que mi amigo, el P. Marcos Aurelio, por salvar a unos jóvenes durante la guerra en Angola, lo haya transportado de Kalulo a Dondo y volviendo a su misión haya sido ametrallado en el camino;
que el hermano Francisco, con cinco señoras catequistas, por ir a ayudar a las áreas rurales más recónditas hayan muerto en un asalto en la calle; que decenas de misioneros en Angola hayan muerto por falta de socorro sanitario, por una simple malaria; que otros hayan saltado por los aires, a causa de una mina, visitando a su gente.
En el cementerio de Kalulo están las tumbas de los primeros sacerdotes que llegaron a la región…
Ninguno pasa los 40 años.
No es noticia acompañar la vida de un Sacerdote “normal” en su día a día, en sus dificultades y alegrías consumiendo sin ruido su vida a favor de la comunidad que sirve.
La verdad es que no procuramos ser noticia, sino simplemente llevar la Buena Noticia, esa noticia que sin ruido comenzó en la noche de Pascua.
Hace más ruido un árbol que cae que un bosque que crece.
No pretendo hacer una apología de la Iglesia y ni de los sacerdotes.
El sacerdote no es ni un héroe ni un neurótico.
Es un simple hombre, que con su humanidad busca seguir a Jesús y servir sus hermanos.
Pbro. Martín Lasarte (salesiano) - Angola
A DIOS POR CRISTO Y A CRISTO POR MARÍA !!!!
viernes, 28 de mayo de 2010
¿ QUIÉNES SON LOS QUE NOS CAUSAN MOLESTIA, HOY DÍA?
¿ QUIÉNES SON LOS QUE NOS CAUSAN MOLESTIA, HOY DIA?
Por: Juan José Concepción ( seminarista) -tomado de la Revista Merzabah.
Una vez haciendo una pequeña reflexión, pregunte a los fieles ¿ Cuáles son las personas que hoy día molestan nuestra vida, y nuestro entorno social que nos dejan vivir tranquilos? Casi la mayoría de los presentes respondió a la pregunta y las respuestas que atinadaban eran los políticos porque prometen y no cumplen, los drogadictos, los borrachos, los piedreros, los maleantes, los locos, los violadores, los que secuestran a las personas, los perezosos que no quieren trabajar y son una carga, las prostitutas, en fin todo aquel que siempre anda haciendo el mal a los demás...y así todos fueron respondiendo. De hecho hoy día, estas personas mencionadas molestan, pero son una molestía pasajera.
Al final "Yo" respondí que no son Ellos los que fastidian nuestra vida, sino aquellos que son verdaderos profetas, aquellos que nos hacen ver la justicia divina, nos dicen la verdad, son aquellos que en nombre de Dios denuncian todo tipo de injusticia, esas son las personas que hoy molestan, porque estamos acostumbrados a vivir en medio de la injusticia y no nos gusta que nos digan la verdad, ciertamente se cumple aquel pasaje biblico que dice " nadie es profeta en su tierra" (Mc.6,4), realmente el profeta vive en medio de la sociedad conoce la realidad y lo dice, no titubea en decir la verdad en nombre de Dios, por eso es despreciado y tenido por malo. Ahora entendemos porque no es fácil hacer el papel de profeta, ahora entendemos porque la mayoría de los profetas del Antiguo Testamento y los Nuevo Testamento, aun los que hoy juegan ese papel son perseguidos hasta la muerte.
Recordemos que los hombres más pertubadores y fastidiosos en el Antiguo Testamento y en toda la historia de la humanidad han sido sin duda alguna los profetas.
El verdadero profeta siempre está en movimiento, no se estaciona, no es una persona que le gusta la comodidad, pone a los demás en movimiento. No es cualquier agraciado, sino un conmovido de la situación actual. Por el profeta tiene que pasar la acción de Dios, que va transformando la mentalidad de los pueblos y conduciéndolos a la vida de perfección. No hay que perder de vista que el profeta es alguien alcanzado por Dios, alguien que ha sido llamado y que acoge en su vida.
Esa una persona que ha sido conmovida por la experiencia de participar en los sentimientos de Dios, haciéndole capaz de sentir su misma compasión por la humanidad doliente. Es alguien enviado, que tiene la misión de comunicar a otros la Palabra escuchada, y que intenta persuadir a los otros, desde su debilidad, de la cuál es el proyecto de Dios para la humanidad.
Su actitud suele generar conflicto con el poder, pues sale en defensa de los débiles,sin embargo, es capaz de aguantar y permanecer fiel ante las dificultades.
Es alguien que trata de dinamizar la historia, abrirla hacia un horizonte de esperanza. En medio de esta realidad cabría bien hacernos una pregunta ¿ encontramos a alguien hoy día que lucha por defender la justicia y que siempre esta de lado de los débiles?
Hoy sentimos que estamos en un tiempo de exilio, sin profetas, sin personas de referencia que indiquen el camino. Quizas su palabra ha sido silenciada por eso contamos con tantos mártires en América Latina ( P. Héctor Gallegos, Monseñor Romero, etc)
El profeta se lanza a encontrar la Palabra de Dios en la misma historia de las relaciones de Dios con su pueblo. No hablan de un futuro lejano, pues la voz del profeta no es futurología ni chantagería, sino un hombre que dialoga con el pueblo, con su realidad, con los líderes de su tiempo. Experimentan a Dios en el Corazón de la historia, ahí es donde perciben su voz y captan sus exigencias. En esta forma el profeta se convierte en reivindicador de la imagen del verdadero Dios, una garantía de Dios para su pueblo, un espacio humano donde se encuentra Dios.
El verdadero profeta de hoy se diferencia de aquel que sería un falso profeta, ya que el falso profeta es un ser indefenso que busca las formas de encarnar los males de su tiempo, pero sobre todo sería incapaz de ofrecer una alternativa de solución para el pueblo, además se convertiría en propagador de una ideología barata y fácilmente manipulable, de la cual en vez de ayudar al pueblo, lo hunde en el abismo infernal de la mentira, y sería un aprovechador de las ovejas, y no su pastor.
Me llama la atención que el profeta, aunque le obliguen a callar, es imposible que lo haga, siempre es un hombre que está al tanto de los acontecimientos, que se van en ayuda de los más débiles, se hace constante, además su voz es pura transparencia. El problema de los profetas es que Ellos ven y les queda claro lo que los demás no ven, por lo tanto el profeta tiene una libertad plena.
El profeta de todos los tiempos y de manera especial de hoy arriesga su vida y deja bien claro, si me matan a mí, no matan al que me puso en movimiento y sí esto es de Dios otro vendrá y seguirá la obra. Es decir es un hombre convencido de su rol. Hay que tener presente que no hay profeta sin inspiración provoca una reacción ante el impacto de una presencia, que pone todo en movimiento.
Los sistemas son los primeros enemigos de los profetas hoy día, porque el profeta es un despertador de conciencias dormidas en medio del pueblo. El profeta es un líder y tiene autoridad a la hora de hablar, no se deja confabular por el poder, pues la búsqueda de poder corrompe, además se atreve a enfrentar todo tipo tipo de sistema, poniendo siempre en riesgo su vida.
Ser profeta hoy en nuestro país presupone una comunicación profunda con el Señor. Inspirados por el Espíritu debemos asumir la actitud del que habla lo que ha oído de parte de Dios y para el pueblo de Dios. No es un privilegio, es un servicio a favor de los más débiles. Nuestro reto es ser profetas, intérpretes de la voluntad de Dios para el pueblo aquí y ahora, y por eso debemos atender decididamente a los signos de los tiempos. Ser profeta es llevar la cruz conesperanza como Cristo profeta. No se concibe un profetismo en el hoy de Panamá y de América Latina que sea anuncio vacío, espiritualismo desencarnado.
El profeta de hoy lanza preguntas que se desearía no fuesen formuladas, pone el dedo en la llaga y hace saltar a los " poderosos". Su exigencia da respuesta a Dios, lanza una palabra transformadora de la historia de los hombres. El profeta actual como receptor del mensaje de Dios, tiene que hacer una opción libre. En el fondo ser profeta es una opción, una decisión en la que se apuesta la vida.
Finalmente la misión del profeta no deja de ser ingrata, pues la palabra de Dios suele ser un estorbo y una molestia para todos: para reyes, principes, autoridades,sacerdotes, falsos profetas y para el pueblo en general. Con esto se ha llegado al tiempo en que se mata a los profetas en nombre de Dios, aún en nombre de Cristo.
viernes, 23 de abril de 2010
Homilía de la Toma de Posesión del Arzobispo de Panamá Mons. José Domingo Ulloa Mendieta, O.S.A. Sábado 17 de abril de 2010
Homilía de la Toma de Posesión del Arzobispo de Panamá
Mons. José Domingo Ulloa Mendieta, O.S.A.
Sábado 17 de abril de 2010
Excelentísimo Sr. Nuncio Apostólico, Mons. Andrés Carrascosa Coso.
Excelentísimo Sr. Cardenal, Mons. Oscar Rodríguez Maradiaga
Excelentísimo Sr. Arzobispo Emérito de Panamá Mons. José Dimas Cedeño.
Excelentísimo Sr. Presidente de la Conferencia Episcopal Panameña Mons. José Luis Lacunza Maestrojuan o.s.a
Queridos hermanos del Episcopado
Reverendo Padre Robert Prevost, Padre General de la Orden de San Agustín.
RP. Carlos José Sánchez, Provincial de la Provincia Matritense.
Amados Presbíteros, diáconos, religiosas, religiosos, seminaristas.
Presidente del Comité Ecuménico y de las Iglesias Cristianas hermanas.
Excelentísimo Sr. Presidente de la República, Ricardo Martinelli y Ministros de Estado
Excelentísimo Sr. Vicepresidente y Canciller, Juan Carlos Varela.
Excelentísimo Sr. Presidente de la Corte Suprema de Justicia, Aníbal Salas y magistrados.
Excelentísimo Sr. Presidente de la Asamblea de Diputados, José Luis Varela y diputados.
Excelentísimos Miembros del Cuerpo Diplomáticos.
Señor Procurador Suplente de la Nación
Señor Procurador de la Administración
Señor Presidente del Tribunal Electoral y magistrados
Señores Gobernadores y alcaldes
Muy queridos hermanas y hermanos, que conforman la gran familia de esta Arquidiócesis de Panamá.
Un saludo muy especial a los hermanos y amigos que han venido desde otros puntos del país y a todos los que nos están acompañando a través de los diversos medios de comunicación de prensa, radio, televisión e internet.
Quiero que nos unamos hoy en la oración por este servidor y Mons. Pablo Varela que cumplimos seis años de ordenación episcopal, justamente en este mismo escenario y a la misma hora, como también por el Papa Benedicto XVI, quien el próximo lunes cumplirá cinco años de estar al frente de la barca de Pedro.
De seguro estarán esperando oír de viva voz cómo se siente este hijo de Dios y hermano de ustedes en este momento. Para serles sincero, la Palabra de Dios que hoy se nos ha proclamado y este escenario que sirve de marco a nuestro encuentro, me han inspirado confianza para compartir lo que siento. Por una parte, la Catedral Metropolitana, símbolo de la fe del pueblo panameño, y, además, este histórico parque que guarda las huellas silenciosas de anhelos y esperanzas de los hijos e hijas de esta amada patria, nos recuerdan que la historia no se detiene, y hoy estamos construyendo una nueva etapa de esa historia, dando continuidad a la misma que forjaron los que nos han precedido en el quehacer panameño.
1. MIRADA A NUESTRA HISTORIA
Permítanme, refrescar la memoria histórica con el recuerdo de nuestros héroes, padres de la fe, los que hasta hoy nos han precedido. A mi mente viene el recuerdo del venerado Fray Juan de Quevedo, español, Primer Obispo de la recién creada Diócesis de Santa María la Antigua, el 9 de septiembre de 1513; de Francisco Javier Luna De Victoria y Castro, primer obispo panameño en 1751, y entre los obispos de los últimos 50 años:
- Mons. Francisco Beckmann, holandés, misionero vicentino, quien por años fue el único Arzobispo en el territorio nacional, pastor incansable que recorrió lo que era la arquidiócesis a lomo de mula y de caballo, en cayucos o canoa; o en su viejo automóvil modelo americano, guiado por su fiel compañero don Arsenio Tejada. Su legado: el “celo por la salvación de las almas” y “la preocupación por la ignorancia religiosa del pueblo” impulsaron sus esfuerzos en la promoción de las vocaciones al sacerdocio y la creación del Seminario Menor San José; la Escuela Superior de Catequistas, la fundación de las Misioneras Catequistas, y la promoción de los seglares en la Acción Católica.
- A Mons. Tomas Alberto Clavel, panameño del clero secular, lo recordamos como “el pastor en los tiempos difíciles”. Le correspondió la puesta en marcha de la renovación promovida por el Concilio Vaticano II. Fundador de la Universidad Santa María la Antigua, cuyo “palacio arzobispal” sirvió de primera sede universitaria. Trasladó la Curia al barrio del Marañón, ampliando su personal y sus servicios. Siguiendo el movimiento de renovación puesto en marcha por el Concilio, impulsó el Proyecto “San Miguelito”, inspirado en el modelo de las Pequeñas Comunidades.
- Mons. Marcos Gregorio McGrath, panameño y miembro de la Congregación de Santa Cruz. Con una cita suya que cuelga en una de las paredes de la Sala Museo, ubicada en la Universidad Santa María la Antigua, nos resume así su ministerio: “La gran tarea de mi vida ha sido guiar nuestra Iglesia en la renovación conciliar. Mi más grande satisfacción ha sido el aprender, presenciar y vivir esta renovación con ustedes. Pero la Iglesia de Panamá gracias a tantos de ustedes, está en movimiento conciliar”.
De esta visión suya, nos quedan la Cita Eucarística, la Cena de Pan y Vino y el Seminario Mayor San José, la Campaña de Promoción Arquidiocesana, El Panorama Católico, Cursillos de Cristiandad, Movimiento Familiar Cristiano, Las Madres Maestras, la Comisión Arquidiocesana de Oración, la Comisión de Justicia y Paz, para mencionar algunas de sus obras.
- Mons. José Dimas Cedeño Delgado, panameño del clero Secular; sus 16 años al frente de la Arquidiócesis, han sido marcados por un gran dinamismo pastoral en medio de vertiginosos cambios sociales, políticos, tecnológicos y culturales. Fiel a sus antecesores, Mons. Cedeño ha impulsado las vocaciones sacerdotales y la vida consagrada. Ha acompañando celosamente la formación de los seminaristas y reforzado la vida espiritual del clero y diáconos permanentes y su empeño por mantener el fervor y entusiasmo del laicado en esta Arquidiócesis. Uno de sus grandes aporte ha sido rescatar nuestra historia eclesiástica y colocar en su justa dimensión el hecho de ser la Primera Diócesis, creada en Tierra Firma del Continente Americano, como también rescatar el patronazgo de Santa María La Antigua como la Patrona de Panamá, nos deja también el legado de dos nuevos tomos de la Historia Eclesiástica de Panamá. Lo mismo que la Fundación Pro fe cuyo radio de acción es hacer posible la misión de la Iglesia en los centros de trabajo, y que decir de su dedicación a la familia.
Al recorrer la historia de nuestro caminar como Iglesia Arquidiocesana, es obligante agradecer al Señor lo que somos como Iglesia y a todos los que con su entrega y sufrimiento, han abonado esta querida tierra panameña.
Ahora nos toca a nosotros, por ello queremos recordar el pasado con gratitud para vivir el presente con pasión, para con nuestra acción abrirnos al futuro con confianza, siendo constructores de esperanza.
2. EL HOY DE NUESTRA IGLESIA ARQUIDIOCESANA
Comienzo mi ministerio como Arzobispo, consciente de que soy un eslabón que une los esfuerzos de ayer, hoy y mañana, para dar continuidad a la maravillosa historia de gracia, en la que Cristo interviene siempre realizando su obra de salvación.
Hermanos míos, soy hijo de esta tierra, lo que me permite conocer la realidad, el marco situacional en el que vamos a comenzar este ministerio. El pasaje que hemos escuchado hoy, expresa lo que siento, por eso parafraseando a Jeremías me atrevo a decir: “Ay Señor mío, mira quién soy, mira que soy pequeño, un muchacho, mira que estoy temblando…”. Y escucho la voz del Señor que me dice como a Jeremías: “No tengas miedo, que yo estoy contigo para librarte….”¡Gracias, Señor!
Me encuentro con la realidad de una Iglesia Arquidiocesana haciendo camino entre luces y sombras, entre logros y fracasos, optimismo e incertidumbre y un Panamá deslumbrante por los signos de progreso bajo el influjo del desarrollo material, pero que nos reta a todos a una justa distribución de las riquezas con las cuales el Creador nos ha dotado.
3. MIS PRIORIDADES COMO ARZOBISPO
Queridos hermanas y hermanos: No es el momento de presentar un plan de acción pastoral, ni de diseñar un nuevo programa, porque ya lo hemos venido trabajando en las últimas Asambleas Pastorales, iluminados por el magisterio del Papa Benedicto XV y de los Obispos Latinoamericanos expresado en el Documento de Aparecida, que nos han exhortado a la Misión Continental, para colocar a la Iglesia en un estado permanente de misión; es decir una nueva evangelización en donde se nos propone el modelo de ser “discípulos misioneros de Jesús”. Esto significa salir de nuestros templos, tener una presencia en todos los ambientes de la sociedad –políticos, culturales, sociales, económicos- para impregnarlos de la ética y los valores cristianos, para construir un Panamá más justo, equitativo y solidario, en el que fundamentalmente las laicas y los laicos tienen un papel protagónico. Todo esto en el contexto de los 500 años de la llegada de la fe al Istmo que celebraremos en el 2013. Ardua tarea la que tenemos por delante. Pero, juntos lo lograremos.
Quiero compartir con ustedes, lo que será mi prioridad en la Arquidiócesis:
-Lo primero, ser un arzobispo santo. Mi primer objetivo será buscar la santidad con todas mis fuerzas; buscar el rostro de Cristo en la oración para así encontrarlo en el rostro de la hermana y del hermano. Sólo así podré tener los sentimientos del “Buen Pastor” para guiar con amor y ternura, suavidad y firmeza a este pueblo de Dios que se me ha confiado; todo esto con la protección maternal de Santa María la Antigua.
Para esto, hermanas y hermanos míos, ayúdenme a mantener los brazos en alto, en la oración de cada día. Ayúdenme a recibir la Cruz, no con resignación, sino saliendo a su encuentro y abrazarla con amor y alegría.
Ayúdenme a seguir tras las huellas del Buen Pastor, “delante de las ovejas” con el ejemplo, enseñándoles a entrar por la Puerta de las ovejas que es el mismo Cristo, conociéndolas por su nombre, con amor preferencial por las heridas y, sin olvidar a las descarriadas.
Es oportuno recordar las enseñanzas del Papa Pablo VI: «El hombre contemporáneo escucha más a gusto a los testigos que a los maestros, o si escucha a los maestros lo hace porque son testigos».
-Lo segundo, suscitar la santidad de nuestros sacerdotes. Esto no es tan solo un deseo, es una oración profunda y confiada. El santo cura de Ars, Juan María Vianney, quien se nos ha propuesto como modelo, en este Año Sacerdotal, enseñaba a sus parroquianos sobre todo con el testimonio de su vida. De su ejemplo aprendían a orar acudiendo, con gusto al Sagrario para visitar a Jesús Eucaristía. Por eso mis queridos sacerdotes, hemos de estar centrados en la Eucaristía, que sepamos ofrecer la Eucaristía y ser nosotros mismos Eucaristía (vida entregada para que los demás la tengan abundante). Sin olvidarnos que la cercanía de Cristo es la razón de nuestra alegría. “Un santo triste es un triste santo” se ha escrito con verdad. Porque la tristeza tiene una íntima relación con la tibieza, con el egoísmo y la soledad”.
Si como pastores nos empeñamos en la Santidad, la santidad de los demás fieles nos vendrá por añadidura y nuestras comunidades serán escuela de oración y de encuentro fraterno.
El Obispo debe ser principio de UNIDAD. Con el Papa Benedicto XVI, pedimos al Santo Cura de Ars: “que su ejemplo fomente en los sacerdotes el testimonio de unidad con el Obispo, entre ellos y con los laicos, tan necesario hoy como siempre”.
Queridos sacerdotes, les invito a que juntos vivamos la pasión por la unidad mediante una profunda espiritualidad de comunión afectiva y efectiva. Comunión, no sólo para la eficacia, sino para dar credibilidad a nuestro testimonio’. Yo como su pastor estoy llamado a ser para ustedes padre, hermano y amigo siempre abierto al diálogo.
Hermanos todos, oremos por nuestros sacerdotes, oremos para que en estos tiempos difíciles, los sacerdotes por su vida y sus obras se distingan por un vigoroso testimonio evangélico.
-Lo Tercero, la participación laical en la Iglesia y en la sociedad. Queremos seguir impulsando la participación de laicos y laicas a lo interno de la Iglesia, en su formación teológica y doctrinal, especialmente en el ámbito de la doctrina social de la Iglesia para que sean más los agentes de pastoral que se comprometan en transformar de manera efectiva el mundo según Cristo. Hay una riqueza de experiencias pastorales que tienen incidencia en lo social, pero aún no es suficiente, y esto es otro de los desafíos que le presenta a los laicos y laicas el Documento de Aparecida.
4. MIS ANHELOS FRENTE A LA REALIDAD PANAMEÑA
Hermanas y hermanos: Somos conscientes, que vivimos tiempos difíciles que nos exigen actitudes definidas y comprometidas. La realidad que vive nuestro país está marcada por la pobreza y la exclusión social; una concentración desigual de los recursos, desempleo y precariedad del sistema laboral, sistemas inadecuados de salud y educación, inseguridad ciudadana y violencia, migración por la falta de oportunidades en las áreas rurales y un creciente deterioro del equilibrio ecológico.
Frente a estos hechos sociales, no podemos quedarnos en la pasividad provocada por el miedo y el pesimismo, porque para quienes creemos en el Dios de la vida, que nos amó tanto que entregó a su único Hijo –Jesucristo Nuestro Señor- para liberarnos de toda opresión espiritual y material, venciendo a la muerte, estamos convencidos que con la fuerza del amor, y el compromiso de cada uno de nosotros podemos ayudar a transformar toda estructura de pecado en nuestra sociedad.
Evidentemente que para ello necesitamos hombres y mujeres, en cada una de las esferas de la sociedad, capaces de hacer germinar y de suscitar un nuevo modelo económico, social y político, con un rostro más humano, más sostenible y solidario. En consecuencia, esto solo será posible con autoridades comprometidas a deponer los intereses partidarios y particulares, para colocar como principal objetivo el solucionar de manera permanente las necesidades de la población, con una real participación ciudadana. En este sentido hacemos un llamado a nuestro laicado para que su fe se haga vida en estos escenarios, porque una fe sin acción no es fe. Es importante y necesaria su participación en las instituciones de la vida pública y actuar con eficacia dentro de ellas.
Desde la fe quiero invitarlos a que juntos soñemos por un mejor Panamá:
· Que en Panamá todo hombre y la mujer sean respetados y valorados; desde que son concebidos en el vientre materno hasta que lleguen al ocaso de sus días.
· Que la educación en Panamá supere la visión reduccionista de formar para la producción, la competitividad y el mercado; y que sea para toda la niñez y juventud una educación de calidad e integral, que forme en lo científico y tecnológico pero sobre todo en el respeto y la promoción de la dignidad humana.
· Que cada trabajador cuente con salarios justos, estables y condiciones laborables decentes que le permita cubrir las necesidades básicas de su familia.
· Que las personas que padecen enfermedades encuentren en los hospitales la atención y el calor humano, los servicios y las medicinas de calidad que requieran.
· Que se escuche a los jóvenes y se les responda como ellos se merecen. La juventud tiene el derecho a ser amados, valorados y se les brinde las oportunidades para desarrollarse de manera integral.
· Que vivamos en un país comprometido con la vida y solidario con las víctimas de la violencia – los niños, las mujeres, las víctimas de secuestros, de asaltos y extorsiones y las que mueren en cumplimiento de su deber.
En este punto es necesario que digamos: ¡BASTA A LA VIOLENCIA!, ¡BASTA DE LA PERDIDA DE VIDAS INOCENTES!, ¡BASTA DE MADRES QUE LLORAN DESCONSOLADAS A SUS HIJOS, ESPOSOS, HERMANOS Y PADRES, BASTA DE ESTAR ENCERRADOS ENTRE LOS BARROTES DEL MIEDO! Iniciemos desde YA una jornada de oración permanente, en solidaridad con todas aquellas personas víctimas de la violencia. Tengan la certeza no sólo de nuestra comprensión, sino de nuestro compromiso de colaborar en todo lo que sea posible para fortalecer una cultura de la Paz como camino para combatir la violencia.
Por esas víctimas, hermanas y hermanos, en este momento los invito a que demos un aplauso, como signo de nuestra disposición de caminar todos juntos, en la búsqueda del cielo nuevo y la tierra nueva que anhelamos; y nos comprometamos a trabajar por una cultura de paz.
Ante esta realidad, quiero ser profeta de esperanza. No con una actitud simplista e irresponsable, ni un falso optimismo, sino confiando primeramente en la Palabra del Señor que nos dice: “No se turben sus corazones…no tengan miedo…Yo he vencido al mundo…y estaré con ustedes hasta el fin”. Confiando también en los esfuerzos de todos los ciudadanos que habitamos esta tierra istmeña y vivimos anhelando tiempos mejores.
5. AGRADECIMIENTOS
Quisiera agradecer a todos, pero sería casi interminable la lista, porque es mucho el afecto que he experimentado en estos días, no por mi persona, sino por la fe de ustedes y lo mucho que valoran el don de la Iglesia y el ministerio del episcopado.
Sin embargo, permítanme expresar un reconocimiento especial a mi familia, a mis padres (Dagoberto y Clodomira); a mis hermanos (Mariela y Dagoberto), a mi familia de sangre y mi familia en la fe.
A ustedes queridos hermanos en el episcopado, los de casa y los que han venido de Iglesias hermanas, (Costa Rica, San Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua , Puerto Rico, República Dominicana, España), gracias por su presencia, que hace visible el misterio de comunión del colegio episcopal. Gracias Padre
Especialmente, muchas gracias Mons. José Dimas, le reitero lo que usted ha sido para mí: un hermano, un maestro.
Gracias, P. General de la Orden de San Agustín, y hermanos agustinos con vuestro testimonio, sus enseñanzas y cercanía de amigo me han ayudado siempre a abrirme con confianza al Designio Divino en mi vida.
Un especial pensamiento para las Iglesias Cristianas hermanas. Es importante educarnos cada vez más en el primado de la alabanza al único Dios y Padre de todos. Tenemos motivos infinitos para alabar a Dios: "Dios mío tú eres grande, eres bueno con todos, me has sostenido hasta ahora, has hecho de mí grandes cosas, las has hecho conmigo porque amas a tu pueblo...".
A usted Excelentísimo Señor Presidente, que junto a sus ministros y los diversos órganos del estado que se han hecho presentes: gracias. También a ustedes ex presidentes de la República de Panamá. Agradezco la presencia de las autoridades civiles, diplomáticas y de seguridad.
Por el inmenso esfuerzo que ha supuesto preparar esta celebración, merecen mi reconocimiento y mi gratitud profunda: los organizadores de las diversas instituciones del gobierno y de la Iglesia, tantos voluntarios, el Coro Arquidiocesano, como también el personal con el que seguiré trabajando en el Arzobispado. A todos ustedes que Dios retribuya en abundantes bendiciones su generosidad
Quiero agradecer a los dueños de medios y a los comunicadores sociales, que desde mi designación me han acompañado hasta hoy, ¡qué rol tan importante ocupan en la sociedad!, por eso quiero invitarles a que no abandonen este hermoso servicio que los hace sembradores de libertad, de identidad y de comunidad, fundamentado siempre en la verdad, porque solo la verdad nos hace libres.
Hermanos tengamos siempre presente: nuestra gente es buena, generosa, pero no le faltan las peleas, las divisiones, los desórdenes morales, sufrimientos y pobreza. Que nuestra alabanza no sea ponernos una venda en los ojos. Creo que debemos tener más valentía. Si empezamos a mirar el mundo con los ojos de Dios y, por tanto a alabarlo por el bien que hace, seremos más capaces de distinguir el bien del mal y de entrar en los sufrimientos de la humanidad.
El sentido de la alabanza es el primer realismo: es la contemplación del mundo como lugar de la bondad, de la misericordia, del amor de Dios, del amor de Cristo por el hombre, por el pobre, por el enfermo, por el que sufre, por mí, por nosotros, por la Iglesia, por la humanidad. El hecho de estar aquí juntos, de haber conservado hasta ahora la fe, de haber perseverado en la vocación y misión, son todos dones inmensos...
Nuevamente gracias a todos y que el Señor los bendiga.
viernes, 5 de marzo de 2010
EL DINAMISMOS DEL LLAMADO A PARTIR DEL EVANGELIO DE MARCOS ( SEMANA DE PASTORAL 2010)
1. Un punto de partida para abordar el tema del “discipulado” en el Evangelio de Marcos
Para situar el contexto socio-comunitario y teológico en el cual Evangelio de Marcos hace su propuesta del discipulado, vamos a dar los siguientes pasos:
· Vamos a ver, como premisa, la experiencia fundante de las comunidades cristianas: la experiencia pascual. El evangelio de Marcos, como evangelio kerigmático que es (y esto lo abordaremos con calma más adelante) es el testimonio de esta experiencia.
· Analizaremos la cita clave de Mc 16,7. A partir de ella podremos comprender mejor a qué trata de responder el evangelio de Marcos: el fracaso de los discípulos.
· Haremos una rápida caracterización de la comunidad de Marcos, para ver cómo lo que narra el evangelio es la respuesta a necesidades espirituales y pastorales concretas de una comunidad que vive en Roma treinta años después de la pascua de Jesús.
· Formularemos la finalidad última del evangelio: la formación del “Testigo” de la Pascua de Jesús, capaz de ir hasta las últimas consecuencias como su Maestro.
· Terminaremos con algunas anotaciones sobre la “Alianza”, esto es, la atmósfera relacional que sostiene las opciones fundamentales del discípulo.
1.1. Jesús llama de nuevo a los discípulos que lo abandonaron: Mc 16,7
El evangelio de Mc concluye con la nueva con-vocación de la comunidad de los discípulos: “Id a decir a sus discípulos y a Pedro que irá delante de vosotros a Galilea, allí le veréis, como os dijo” (16,7). Los elementos que encontramos en este texto son los siguientes:
· La experiencia de la Cruz ha marcado un claro distanciamiento entre los discípulos y Jesús.
· Jesús le renueva la vocación a los mismos que le fallaron.
· Los remite al punto de partida del evangelio: Galilea.
· Es recorriendo el itinerario completo del Evangelio, de cabo a rabo, que los discípulos “verán” al resucitado (como quien dice: todo el evangelio será el equivalente de un relato pascual).
· Jesús convoca a los discípulos renuentes al Maestro, por la mediación de la voz de aquellas que sí fueron fieles hasta el final. Son las mujeres las que llaman a los varones (inversión de roles culturales).
Lo más impactante es que Jesús reúne a toda su comunidad sin hacerle reproches. En la lógica normal, incluso, Jesús debería haber llamado a nuevos discípulos una vez que éstos se mostraron indignos del llamado. Pero a pesar de todo, Jesús llama a los mismos, sin reparos, sin objeciones y sin discriminaciones, lo hace con la misma confianza de la primera vez.
Detengámonos un poco en esto. Notemos en los textos que:
· Jesús llama a los diez, de los cuales se dijo esta abrumadora frase: “abandonándole, huyeron todos” (14,50). Incluso un joven se desprende de lo único que le queda del seguimiento de Jesús, huyendo desnudo (v.51). Los discípulos que han dejado la barca, la familia, sus bienes, todo por seguir a Jesús, irónicamente terminan dejando al mismo Jesús.
· Pedro que ha negado tres veces a Jesús (pero en realidad cuatro, ya que Marcos le añade un gesto de negación en 14,72 –versión griega-) es llamado de nuevo sin que Jesús le pida ninguna reparación de su falta (como sí ocurre en el evangelio de Juan; ver la triple confesión de amor Pedro antes que Jesús pronuncie el segundo “sígueme” en Jn 20,15-19).
· Mientras los otros sinópticos se encargan de mostrar cuál ha sido el dramático destino final de Judas (Ver Mt 27,3-10 y Lc en Hch 1,18-19; note que en Jn, fuera de Pedro y de Juan –que nunca lo dejó-, ninguno de los otros discípulos es explícitamente llamado) y le descartan cualquier ulterior posibilidad de recuperación, para el evangelio de Mc no hay ninguna discriminación, es decir que asume a Judas junto con todos.
Precisamente en esto se nota claramente para dónde va el Evangelio, cuál es la buena noticia: si los discípulos fueron desleales con Jesús, el Maestro por su parte fue leal con ellos, no rompió la amistad. Tenemos aquí una imagen bellísima del amor de Jesús por sus amigos. Este amor fiel de Jesús es el “principio y fundamento” de todo el Evangelio:
TODOS ESTAMOS LLAMADOS A DESCUBRIR EN PROFUNDIDAD,
NUESTRA IDENTIDAD Y PROYECTO,
EN EL MARCO DE ESTE AMOR.
La incapacidad del discípulo de ir hasta el final no hace sino poner de relieve el amor incondicional de Dios manifestado en Jesús. El discípulo no lo es tal por sí mismo sino en cuanto abandonado en el amor fiel de Dios. El discípulo es una creación del Señor y ese don le garantiza la esperanza de completar su vida hasta su máxima expresión de desarrollo personal: “El que persevere hasta el fin, ése se salvará” (Mc 13,13).
Lo que Dios quiere de todo hombre es la “salvación” (o alcanzar la plenitud de la vida, según 10,17). Ahora bien, Marcos coloca los términos “salvación” y “seguimiento” en el mismo plano. Se puede ver en la historia del joven rico: “una cosa te falta –para alcanzar la vida eterna-... ven y sígueme” (Mc 10,21). Sugerimos también observar la recurrencia del vocabulario de “vida”, “salvación” y “seguimiento” en Mc 10,17-31.
El “seguimiento” es, en otras palabras, la condición de posibilidad de la realización del Reino en el hombre (ver Mc 9,1), esto es, la “salvación”.
1.2. Caracterización de la comunidad de Marcos
Roma, años 60’s, 20 años después de su fundación
Los evangelistas no están preocupados por presentarnos una radiografía de la comunidad que está detrás de su obra. Sin embargo, si analizamos algunos textos-clave del evangelio, podremos hacer emerger del texto mismo una especie de caracterización de la comunidad que está allí implicada.
Podríamos comenzar a tomar contacto con esta comunidad a partir de esta frase:
“Buena es la sal.
Pero si la sal se vuelve insípida, ¿con qué la sazonaréis?
Tened sal en vosotros y tened paz unos con otros”
(9,50; se subraya una frase que no se encuentra sino en Mc)
Esta frase es una punta de iceberg de lo que está sucediendo en la comunidad cuado se redacta el Evangelio, es, pues, el reflejo de una de las preocupaciones que Marcos tiene con su comunidad. Analicemos esta frase.
La sal de la Alianza
Marcos, en su diagnóstico pastoral, habla de una sal que se vuelve insípida y de una sal que está haciendo falta. ¿A qué se refiere? La sal en la Sagrada Escritura es símbolo de la alianza con Dios (por ejemplo Lv 2,13: “Sazonarás con sal toda oblación que ofrezcas; en ninguna de tus oblaciones permitirás que falte nunca la sal de la alianza de tu Dios”) y cuando la sal es compartida con alguien es símbolo de la solidaridad y la constancia en las relaciones.
La sal, en esta doble relacionalidad fundamental es signo de “fidelidad”, de “lealtad” (ver por ejemplo Esdras 4,14: “Puesto que comemos la sal de palacio consideramos intolerable ver esta afrenta que se hace al rey”). . Esa es la sal “buena”, “deseable” que quiere Dios.
Pues bien, la frase propia de Marcos, “Tened sal en (o sea, dentro de) vosotros y tened paz unos con otros”, muestra que en la comunidad hay un problema serio de constancia, de fidelidad, de pasar de una evangelización capilar y por lo tanto endeble, a una experiencia de Jesucristo a fondo y que se sostenga hasta las últimas consecuencias. Si Marcos retiene en el evangelio estas duras palabras de Jesús, es porque la realización del proyecto de Dios está por venirse al piso.
Vamos más a fondo, ¿Qué es lo que está sucediendo? Para explicarlo se acude a otra metáfora.
La prueba de fuego
Precisamente el v.49 habla de la prueba de fuego de la comunidad que, si la interpretamos desde 13,9.12-13ª, se trata de la persecución vivida por la comunidad en la década del 60 y que probablemente sea la desatada en Roma y sus alrededores en tiempos neronianos, en la que murieron Pedro y Pablo.
Nos encontramos entonces con una comunidad en crisis, quizás la primera gran crisis que ellos viven en sus 20 años (o un poco más) de existencia; si es que ubicamos, junto con M. Hengel y J. Murphy-O’Connor, su fundación a comienzos de los años 40.
En este momento, el panorama en la comunidad es de cansancio e inconsistencia: unos comenzaban a caer en la rutina y otros sentían la necesidad de aventurarse a explorar nuevos caminos en el estilo de vida (a veces dentro del cristianismo, a veces fuera); situación que ponía en peligro la unidad y el futuro de la comunidad.
Las alarmas de guerra que se mencionan en 13,5-8ª, probablemente se refieran a la primera guerra judía (años 66-70) que culmina con la profanación del Templo, la cual les hace recordar la “abominación de la desolación” (ver 13,14) de los tiempos macabeos, la gran crisis interna del pueblo de Israel bajo la dominación griega (años 175-150 aC).
Lo cierto es que en los años 60’s, la comunidad romana de Marcos ha sido testigo de la muerte de Pedro y Pablo, además de otros líderes de las comunidades; ella misma se siente fuertemente presionada por el ambiente romano y judío en su contexto social para que claudique de sus pretensiones de ser comunidad; además, internamente hay graves conflictos, hechos concretos que han llevado a que algunos se pregunten si no se están alejando de su razón de ser como comunidad que es “sal” en el mundo, si no se están alejando de Jesucristo.
Vale la pena que, junto con Marcos, observando algunas citas claves, le tomemos el pulso a la comunidad.
1.2.1. La comunidad de Marcos en su entorno social, religioso y cultural
¿Qué pasa en la interacción de la comunidad con su ambiente?
o Con relación a Roma (Contexto político)
§ Interrogados en los tribunales
· Ver 13,9b
§ Sus casas y propiedades son allanadas
· Ver 13,15-19
§ Se les niegan servicios “por ser de Cristo”
· Ver 9,41
o Con relación a los judíos (Contexto religioso)
§ Interrogados en las sinagogas y castigados con azotes
· Ver 13,9ª
§ Acusaciones de blasfemia y burlas por parte de los judíos
· Ver Las dos series de controversias con las autoridades judías en Mc 2,1-3,6 y el capítulo 12
o Con relación al ambiente en general (Contexto cultural)
§ Odiados por todos
· Ver 13,13ª
§ Deseo de parecerse al mundo externo haciendo concesiones y perdiendo la profecía en el estilo de vida y de gobierno
· Ver 8,35-36
· Ver 10,34
1.2.2. La comunidad de Marcos y su realidad interna
Los problemas no solo vienen de fuera, también hay problemas dentro. ¿Qué pasa internamente?
o En el ejercicio de la misión
§ Incapacidad frente a los nuevos desafíos (ya la obra no sale bien)
· Ver 9,18
§ Dificultad para que entren nuevos miembros porque se asustan con tantas exigencias
· Ver 10,22
§ Sin embargo no paran de anunciar la buena noticia
· Ver 13,10
o En la configuración de la comunidad
§ Descuido en los procesos de formación
· Ver 9,36-37; también todo el tema de la “ignorancia” del discípulo
§ Deseo de imitar el estilo de gobierno de la sociedad civil
· Ver 10,42-43
§ Fuga para los servicios más difíciles y tendencia a la instalación
· Ver 10,44-45
§ Deserciones
· Ver 14,50-52
§ Hay falsos discípulos
· Ver 13,22
§ Se presentan falsos líderes pretendiendo se reencarnaciones de Cristo
· Ver 13,6
o En las relaciones comunitarias
§ Luchas de poder
· Ver 9,34
§ Partidismos
· Ver 10,41
§ Humillación de los más pobres
· Ver 12,38-44
§ Autosuficiencia
· Ver 10,28
§ Minusvaloración de los niños
· Ver 10,13-15
§ Escándalos morales
· Ver 9,42-47
§ Fracasos familiares
· Ver 10,1-12
o En las relaciones con otras comunidades
§ Censuras
· Ver 9,38-40
1.3.3. Los sentimientos que afloran frente a este panorama comunitario
Ciertamente hay crisis. La crisis se expresa como desaliento y escándalo con la propuesta de Jesús: “El Señor nos pide mucho”, “es muy difícil seguirlo” (Ver 10,23), no será “¿esto será una utopía inalcanzable?” (Ver 10,26). Pero la crisis de fondo es:
¿Qué sentido tiene el martirio?
¿Esto no es demasiado sacrificio?
¿Vale la pena seguir al Señor?
Pero en todo este colorido de la comunidad de Marcos hay que destacar también que hay puntos luminosos y que lo dominante es su profunda fe. Por eso en el centro y en el final del Evangelio encontramos dos fuertes profesiones de fe que elevan su voz sobre el resto de la situación: la confesión fe de Pedro (Mc 8,27-30) y la confesión de fe del Centurión (Mc 15,39). Pero, como se ha dicho, es una fe siempre en camino y expuesta a muchas fragilidades, incluso, al fracaso total. La semilla está en riesgo.
2. La respuesta de Marcos a su comunidad (=una visión del camino del discípulo)
2.1. Retomar el Evangelio
Marcos le responde a su comunidad con un nuevo anuncio del Evangelio. Para ello retoma su enunciado primordial, su columna vertebral, su fuerza transformadora; en pocas palabras: sus “fundamentos”.
“Comienzo (=Fundamento) de la Buena Noticia de Jesús
a quien confesamos como el Cristo y el Hijo de Dios” (1,1)
Hasta donde sabemos, Marcos es el primero que hace una nueva evangelización, que no es re-evangelización sino un volver creativamente sobre los fundamentos del primer anuncio para darles una nueva expresión en la realidad de los años 60. Él es consciente de que es el Resucitado el que sigue dirigiendo su comunidad en las nuevas circunstancias de la historia y que, en consecuencia, el Señor está abriendo nuevos caminos (no es simple repetición de lo realizado 20 años atrás).
Marcos, entonces responde llevando a la comunidad a una fuerte contemplación del rostro de Jesús: JESÚS ES EL MESÍAS FIEL, OBEDIENTE AL PADRE HASTA EL FINAL, el que vivió constantemente presionado y amenazado, pero siempre siguió adelante y coronó la meta (Ver 1,14; 2,6-7.16.18.24; 3,6; 8,11; 11,18; 12,13).
Marcos hace un nuevo llamado a la MARTIRÍA: todo discípulo es testigo con su vida y con su palabra de la veracidad del Reino y por ello está llamado a ir hasta el fin. La verdadera “martiría” es la perseverancia, la firmeza profética en la opción frente a los antivalores del mundo. Marcos ve, incluso, positiva toda esta situación, se trata de una maravillosa ocasión de fortalecimiento y de evangelización: “Para que deis testimonio ante ellos” (13,10). Pero las dos condiciones para el discípulo es…
· que permanezca firme: “El que persevere hasta el fin, ése se salvará” (13,13)
· la revisión continua de la propia vida en medio de la “prueba de fuego”:
o “Mirad por vosotros mismos” (13,9)
o “Estad atentos y vigilad” (13,33; Ver 13,37)
El relato de la pasión educará al discípulo en el ejercicio de la vigilancia (mostrando todos los puntos que uno generalmente descuida y por donde generalmente revientan las crisis), condición para llegar hasta el final tomando la cruz.
2.2. El fundamento de la propuesta de Marcos
Veamos dos convicciones del evangelio de Marcos y que están detrás de la certeza que él tiene en que responderá efectivamente a la realidad de su comunidad si les renueva el primer anuncio:
· La primera es que si hay problemas no es por culpa de la opción. Si el árbol no llega a fructificar no es por culpa de la semilla (Ver Las parábolas de la semilla).
· La segunda es que la clave está en la atención a los procesos. Marcos distingue dos tipos de personas representadas en las dos higueras mencionadas en su ministerio en Jerusalén:
- Aquellos que se han cerrado voluntaria y definitivamente a la Palabra, ahí ya no hay mucho que esperar: es la acción simbólico-profética de 11,20.
- Aquellos que tienen dificultades pero en los cuales hay signos de vida y por lo tanto hay una fuerte esperanza: la higuera en la que asoman discretamente los brotes en 13,28.
Si la cuestión se plantea finalmente en casos “cerrados” (para los cuales el evangelio augurará luego una nueva esperanza) y en casos “abiertos” -que es el caso de la comunidad con dificultades pero de todas maneras con vitalidad- comienza a quedar claro que la obra de Jesús es básicamente creacional:
· Mc no teme utilizar, para calificar la obra de Jesús en uno de los sumarios, parafraseando los términos del Génesis: “Todo lo ha hecho bien” (7,37).
· La alusión frecuente a los vegetales en el evangelio de Marco y las escenas de mar caótico que se pone en orden, evocan acciones creacionales.
· El término preferido por Jesús en las grandes acciones de poder evoca acciones vivificadoras idénticas a la resurrección, es el término “Levántate” (en griego: “egeiro”): lo hace con el paralítico perdonado (2,11), con el pecador escogido como discípulo (2,14), con la vida truncada de una niña (5,43), con el niño al que los discípulos no fueron capaces de sanar (9,26), con el ciego marginado en el camino (10,50).
Marcos nos enseña (y lo enfatizaremos en los próximos abordajes que realizaremos del Evangelio) que la obra creadora de Jesús sólo es posible en la comunión con él. Por eso el acento que tiene el tema del seguimiento e igualmente la manera particular que tiene Marcos de narrar los milagros, los diálogos con Jesús y los continuos contactos físicos entre Jesús y la gente (NB: este es el evangelio de la “tocadera”, como dice un amigo).
En otras palabras, la eficacia de la semilla poderosa del Reino supone la atmósfera de la relacionalidad con Jesús en términos de ALIANZA con él. El “seguimiento” es la manera de tejer procesualmente esta Alianza. Y el horizonte último de la alianza con Jesús es la comunión con el Padre, de quién Jesús es el único hijo y a quién él nos conduce.
Es decir, el fundamento de la propuesta de Jesús es la ALIANZA. En el marco de la relación “YO” – “TU” con Dios, siguiendo el camino de Jesús, el hombre se hace nuevo y es atingido por la obra del Espíritu.
El impulso de esta relación la da la CONFIANZA de Jesús en la persona a la que llama, su amor siempre primero y siempre fiel.
Ya vimos la tremenda confianza que Jesús tiene con los discípulos que lo abandonaron; en realidad es una gran confianza en que su obra tiene eficacia, aún allí donde se puede haber perdido la esperanza. En esta confianza el discípulo se descubre a sí mismo: ¿Quién soy yo para ser amado y buscado de esta manera?, pero la respuesta sólo será posible si responde a esta otra ¿Quién eres tú, capaz de ir hasta el final por mí?
En este encuentro contemplemos esa confianza que el Resucitado tiene en cada uno de nosotros. Jesús confía en nosotros porque conoce la fuerza poderosa de su amor. La vida del discípulo es un proyecto ideado por Dios especialmente para él y como una expresión de su amor. Cada uno de nosotros es esa persona a quien Dios ha amado con toda esa intensidad y verdad desde la Cruz.
Este es el principio fundante de la vida, el marco desde el cual nos preguntamos por nuestra identidad y construimos nuestro proyecto de vida. Es desde este principio que se REFUNDA una comunidad.
2.3. Primer paso: Una pedagogía del anuncio de Jesús
El Evangelio de Marcos está todo él orientado hacia la confesión de fe, uno de sus hilos conductores más importantes es la cuestión: ¿Quién es Jesús?
Notemos:
· La dos confesiones de fe del Evangelio delimitan claramente las dos grandes partes de la obra: Jesús descubierto como Mesías (8,27-30) y luego como Hijo de Dios (15,39).
Primera parte: Mc 1,16-8,30 Segunda Parte: Mc 8,31-16,8
Jesús es descubierto como el MESÍAS:“Pedro le contesta:‘Tú eres el Cristo” (8,29) Jesús es descubierto como el HIJO DE DIOS:“El centurión romano dijo: ‘Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios” (15,39)
· De manera particular, en la primera parte del evangelio encontramos un proceso pedagógico de descubrimiento de la persona de Jesús al ritmo de las preguntas:
3. Confesar el sentido de la persona y obra de JesúsMc 8,29: “Y vosotros, ¿Quién decís que soy yo?”
2. La persona de JesúsMc 4,41: “¿Quién es este que hasta el viento y el mar le obedecen?”
1. Las Obras de JesúsMc 1,27: “¿Qué es esto?”
En la estrategia redaccional de Marcos nos encontramos todavía un tercer dato importante: el evangelista sabe cómo anunciar a Jesucristo.
Para ello, antes de exponer el camino del progresivo des-velamiento de la persona de Jesús a través de su ministerio, hace una preparación previa del lector. Y esto lo hace redactando una primera página introductoria en su obra (Mc 1,1-15), cuya finalidad es contar anticipadamente
· quién es Jesús,
· cuál es el sentido de su obra
· y cuáles son los elementos fundamentales de su camino histórico que servirá de paradigma para sus discípulos.
Lo que esquemáticamente se diseña en esta primera página, se desarrollará luego en la geografía física y espiritual del resto de la obra.
Un detalle importante es que el Evangelio de Marcos no ha sido escrito para ser leído personalmente sino para ser ESCUCHADO en la proclamación. Por eso, la contemplación de Jesús es ante todo –según Marcos- una audición.
Vamos a colocarnos entonces ante la primera página del Evangelio de Marcos para realizar nuestra contemplación-audición.
2.3.1. Jesús: el alegre mensajero de las Buenas Noticias
Lo primero que notamos cuando consideramos toda la página introductoria del Evangelio es que la palabra “Buena Noticia” hace de marco de toda ella. La inauguración de la escuela pide un ambiente festivo.
Mc 1,1: “Comienzo de la Buena Noticia....”
Contenido de la presentación de Jesús
Mc 1,14.15: “Proclamaba la Buena Noticia de Dios”; “Creed en la Buena Noticia”.
La expresión “Buena Noticia”, es importante no sólo porque nos señala el carácter de mensaje, de anuncio que caracteriza nuestro librito (ver el v.4: “Apareció Juan proclamando...”; v.7: “Y proclamaba...”; “Y (Jesús) proclamaba...”), sino también porque nos señala cuál es el ambiente dominante en el camino de Jesús. Lo que va a suceder es realmente “bueno”, “bello”, “encantador” e inspira una atmósfera de gozo.
Marcos parece estar releyendo Isaías 52,7 y desea que su lector-orante se contagie desde el primer momento del gozo que caracteriza al mensajero. El texto isaíanico dice:
“Qué hermosos son sobre los montes
los pies del mensajero
que anuncia la paz,
que trae buenas noticias,
que anuncia salvación,
que dice a Sión:
‘Ya reina tu Dios’”.
Ciertamente es un mensajero alegre que anuncia la cercanía de Dios, como en Isaías 40,9:
“Súbete a un alto monte,
alegre mensajero para Sión.
Clama con voz poderosa,
alegre mensajero para Jerusalén,
clama sin miedo.
Di a las ciudades de Judá:
‘Ahí está vuestro Dios’”.
El tono dominante de la alegría será retomado en algunos de los principales momentos del relato evangélico:
· Por esta Buena Noticia se es capaz de dejarlo todo: “casa, hermanos, hermanas, madre, padre, hijos o hacienda” (Mc 10,29).
· En medio del discurso sobre el fin, Jesús predice que los discípulos serán anunciadores de “la Buena Noticia a todas las naciones” (Mc 13,10).
· En la cena que introduce la pasión, Jesús reconoce agradecido el gesto de la mujer de Betania que unge su cabeza diciendo: “Yo os aseguro: dondequiera que se proclame la Buena Noticia, en el mundo entero, se hablará también de lo que ésta ha hecho para memoria suya” (Mc 13,9).
(Incluso será alegría de toda creación, el cosmos completo, si tomamos en consideración el final canónico de Mc en 16,15).
El contenido de esta Buena Noticia es Jesús, quien es al mismo tiempo el proclamador de ella. El tema central es la acción de Dios que transforma las situaciones negativas del hombre y lo atrae hacia su proyecto salvífico.
2.3.2. Un anuncio en forma de Polifonía
En la introducción del Evangelio notamos que el acento se ha puesto en un conjunto de proclamaciones a las cuales es preciso ponerles atención. Respondamos dos preguntas:
- ¿De dónde provienen estas voces?
- ¿Qué dicen estas voces?
-
¿De dónde provienen estas voces?
Estas voces provienen:
- De la Sagrada Escritura que, en el Antiguo Testamento, anunció el Mesías.
- De Juan Bautista el último de profetas.
- Del mismo Dios Padre, quien hace sentir su voz directamente en el mundo en la hora en que su enviado inaugura la misión.
Profundicemos en la segunda voz, la de Juan Bautista, el mensajero de la esperanza y de la llegada de los nuevos tiempos.
Ante todo notemos que es Dios mismo quien le da la Palabra a Juan Bautista (Ver Mc 1,3).
La “voz que clama (que grita) en el desierto” (v.3) aparece históricamente en la persona de Juan, de quien dos veces consecutivas se dice que “proclamaba” (Mc 1,4 y 7). El contenido de su anuncio es
· la efectiva preparación del “camino del Señor” mediante el bautismo de conversión (vv.4-5);
· la presentación de la persona de Jesús, el que ya está a punto de comenzar a recorrer su camino. Lo hace profetizando (vv.7-8).
Mc 1,6, justamente el versículo central de la sección que describe la misión del Bautista, nos presenta el ajuar y la dieta que caracterizaban al profeta como un nuevo Elías, es decir, el profeta de los nuevos tiempos. Se describe así la vida austera del profeta, un estilo que también caracterizará a los misioneros de Jesús (Ver Mc 6,8-9).
Pero una vez que se nos ha presentado a Juan con su atuendo y hábitos de profeta, lo que más quiere subrayar Marcos es el contenido de su profecía acerca de Jesús (Ver Mc 1,7-8). El profeta de los nuevos tiempos habla aquí por única vez en todo el Evangelio y sus pocas palabras son precisas y claras. Todas ellas apuntan a una sola pregunta: ¿Quién es Jesús de Nazareth?
¿Qué dicen estas voces?
Estas voces hacen cinco afirmaciones que, puestas en su conjunto, nos delinean un retrato hablado de Jesús.
· Jesús es el Señor de los caminos
“Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas” (1,2-3)
La primera voz que anuncia a Jesús resuena a través de dos citas bíblicas que el evangelista ha cosido y actualizado en la persona de Jesús. Estas han sido tomadas de Malaquías 3,1 e Isaías 40,3 (a pesar de que el evangelista se lo atribuye a uno solo: “Conforme está escrito en Isaías el profeta...”, Mc 1,2a), y están reconstruidas sobre la base de Éxodo 23,20: “He aquí que yo voy a enviar a un ángel (=mensajero) delante de ti, para que te guarde en camino y te conduzca al lugar que te tengo preparado”.
Esta primera voz que resuena evoca la voz ya extinta de los profetas y se centra en la persona de Jesús, es él quien realizará el camino de Dios en la historia, él es el Señor.
· Jesús es el Señor de los encuentros: Él viene.
“Detrás de mi viene...” (v.7ª)
La expresión es casi un título y su sentido es: Jesús es el que viene recorriendo un camino que parte de Dios y que conduce a Dios; Jesús es Dios que viene al encuentro de los hombres y solicita la apertura del corazón para acoger su llegada.
Probablemente la expresión tenga un sentido todavía más profundo si la releemos desde la profecía de Daniel 7,13: “He aquí que en las nubes del cielo venía como un Hijo del Hombre” (profecía que el mismo Jesús citará en la pasión para confesar su identidad: “veréis al Hijo del Hombre... venir...”, Mc 14,62).
Como hemos comentado antes, la profecía presenta a Jesús como Juez Escatológico, aquél con quien todo hombre tendrá que confrontarse porque él el modelo, el paradigma del hombre. Pero también la idea es presentarnos a un Jesús siempre en movimiento (como de hecho sucede a lo largo del Evangelio: rara vez se sienta), expresando así la cercanía de Dios al hombre.
En la introducción del Evangelio se presenta solemnemente esta venida:
q La primera vez que Jesús entra en escena se usa el verbo “venir”: “Y sucedió que por aquellos días vino Jesús desde Nazareth de Galilea” (Mc 1,9).
q Luego, después de las tentaciones, se insiste en que Jesús es el que “viene”: “Después que Juan fue entregado vino Jesús a Galilea” (1,14).
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