EL ESPIRITU SANTO CONSTRUCTOR
DE LA IGLESIA Y DE LA SOCIEDAD
HOMILIA DE LA XLI CITA EUCARISTA
MONS. JOSE DOMINGO ULLOA MENDIETA
ARZOBISPO DE PANAMA
Domingo 12 de junio de 2011
Su Excelencia Reverendísima Monseñor Andrés Carrascosa Coso, Nuncio Apostólico.
Su Excelencia Monseñor Pablo Varela, Obispo Auxiliar
Reverendo Padre Carlos Mejía, Vicario General
Reverendo Padre Miguel Ángel Keller, Vicario de Pastoral
Hermanos presbíteros, diáconos, religiosos, religiosas, seminaristas.
Excelentísimo Señor Vicepresidente y Canciller, Juan Carlos Varela y Señora, a quien le expreso nuestra solidaridad ante la pérdida de su querido padre.
Autoridades presentes y queridos comunicadores de los distintos medios de comunicación.
Queridos hermanas y hermanos:
Hoy celebramos nuestra cuadragésima primera Cita Eucarística, que vuelve a ofrecernos la oportunidad de congregarnos como Iglesia, en este día de Pentecostés, cuando celebramos el nacimiento de la Iglesia. Y donde Jesús, hecho Eucaristía, no es simplemente un alimento físico, sino que es algo más: Es la fuerza que nos hace vivir, y como diría San Pablo, como un solo cuerpo.
Este hermoso encuentro eclesial, es una ocasión especial para entender que nunca estamos solos en el camino de la vida. Pues ¿quién puede sentirse solo, cuando Cristo- el “viviente”- sale nuestro paso y nos acompaña? ¿Por qué temer la oscuridad del camino, si él lo ilumina y acompaña? ¿Por qué inquietarse por el hambre o la sed, si Él es pan de vida y ofrece el agua del Espíritu.
Hoy se corona la Pascua, hoy el Cristo glorificado se perpetúa en un pueblo que lo quiera seguir.
Lo hemos oído en la Primera Lectura, en la que San Lucas nos cuenta cómo fue ese nacimiento: Los discípulos estaban juntos, encerrados en el mismo lugar, con miedo. Ellos que habían visto vivo al Señor, que habían experimentado junto a Él el gozo de su resurrección, tenían miedo de acabar asesinados como su maestro. Estaban paralizados, acobardados, no sabían qué hacer, qué predicar, a dónde ir.
Tampoco comprendían muy bien lo que Jesús les había dicho. Sólo recordaban su promesa de enviarles su Espíritu. Por eso, se habían reunido a rezar junto a la madre de Jesús, para pedir el Espíritu que Él les había prometido.
Y de pronto, sin saber muy bien cómo, se sintieron llenos del Espíritu Santo. Empiezan a comprender, dejan el miedo y con valentía salen a la calle a anunciar a Jesucristo. Muchas personas les escuchan, les entienden y comienzan a juntarse en comunidades entorno a la Palabra de Dios y comparten sus bienes. Así de sencillo y así de extraordinario es el comienzo de la Iglesia, nuestra Iglesia, de la que todos formamos parte.
Algo parecido nos ocurre también a nosotros. Somos cristianos, SÍ. Estamos bautizados, confirmados, celebramos la Eucaristía... pero algunas veces tenemos miedo. Miedo a manifestar que somos cristianos.
Por eso cuán importante es recordar siempre. Quién es el Espíritu Santo: “El Espíritu Santo es la Novedad, es la presencia de Dios-con-nosotros. Porque sin el Espíritu Santo, Dios queda lejos, Cristo permanece en el pasado, el Evangelio es letra muerta, la Iglesia es pura organización, la autoridad tiranía, la misión propaganda, el culto mero recuerdo y el obrar cristiano una moral de esclavos.
En cambio, en el Espíritu Santo, el mundo es liberado, el hombre se perfecciona, Cristo Resucitado está aquí, el Evangelio es fuerza de vida, la Iglesia significa comunión trinitaria, la autoridad es un servicio liberador, la misión es Pentecostés, la liturgia es memorial y anticipación y la acción humana es divinizada”. (Ignacio Hazim, Patriarca ortodoxo de Antioquía, Intervención en el Consejo Ecuménico de las Iglesias, Upsala 1968).
Pero no hay que temer. No podemos callar esta gran verdad: Fue el Espíritu el que estuvo junto a María en el momento de la encarnación de Dios. Es el Espíritu el que está presente también unido a María en el momento del nacimiento de la Iglesia. Y es el Espíritu el que nos anima hoy a seguir con la misma misión de Jesús: anunciar el amor de Dios y trabajar por su Reino.
UN NUEVO PENTECOSTÉS EN LA IGLESIA
Hermanos y hermanas: Siempre será Pentecostés en la Iglesia. Una prueba tangible de la presencia del Espíritu para la Iglesia Latinoamericana, ha sido la reunión de los obispos en Aparecida, Brasil, definida justamente como un verdadero y nuevo Pentecostés, una nueva efusión del Espíritu que renueva profundamente a la Iglesia, si hacemos nuestros sus postulados.
La Iglesia reunida en Aparecida, movida por los grandes desafíos del mundo moderno, a la luz del Evangelio y guiada por el Espíritu Santo, se cuestionó sobre su identidad, su vocación y su misión y la necesidad de vivir un nuevo Pentecostés para “salir al encuentro de las personas, las familias, las comunidades y los pueblos para comunicarles y compartir el don del encuentro con Cristo, que ha llenado nuestras vidas de ‘sentido’, de verdad y amor, de alegría y de esperanza!” (DA 548).
ASAMBLEA PASTORAL ARQUIDIOCESANA
Nosotros en ese mismo Espíritu de comunión, reunidos en nuestra Asamblea Pastoral Arquidiocesana, que terminó ayer, hemos discernido la necesidad de seguir fortaleciendo nuestra comunión, que es la que nos permitirá lograr el proyecto de una pastoral de conjunto, que nos permitirá fortalecer los procesos de unidad para contribuir así a la expansión del Reino de Dios.
Será un desafío asumir, personalmente y en nuestras comunidades, las conclusiones finales de esta Asamblea Pastoral. Con el equipo de animación comenzaremos la aplicación de las orientaciones surgidas de este encuentro. Este es un paso más en nuestro camino de renovación en la Arquidiócesis de Panamá.
También, durante estos años, hemos tenido la gracia de vivir la preparación del año jubilar, que celebraremos en el 2013, con motivo de los 500 años de la presencia de la fe en nuestro Istmo y de la creación de la Primera Diócesis en Tierra Firme.
EL ESPIRITU NOS INTERPELA HOY
Hermanos y hermanas: El Evangelio es un libro para la vida y la vida está afuera, donde vive la mayoría de los hombres y mujeres. Por eso ser cristiano hoy, viviendo según el Espíritu, implica ser una persona sin miedo de proclamar la justicia, la verdad.
No podemos quedarnos en espera pasiva en nuestros templos. Urge movernos en todas direcciones para proclamar que el mal y la muerte no tienen la última palabra, que el amor es más fuerte, que hemos sido liberados y salvados por la victoria pascual del Señor de la historia.
CONVERSIONES QUE REQUIERE EL PAIS
En las actuales circunstancias, a raíz de diversos conflictos en nuestra sociedad, se habla mucho de aquellos problemas que nos afectan como Nación, como el debilitamiento de las instituciones, la confianza declinante en los partidos políticos…, la pobreza, la inflación, el alto costo de la canasta básica de alimentos, las sospechas de corrupción en lo público y privado, en la justicia (…) Es una lista tan larga que podríamos continuar. Más de una vez nos hemos preguntado: ¿Qué nos está pasando? ¿Qué hacemos los cristianos para cambiar esa realidad?
LA CORRUPCION
La corrupción es el mal que más afecta a nuestra sociedad. Ha habido, hay y habrá corrupción mientras existan cómplices, y nosotros somos cómplices al mirarla como algo natural, como “viveza” y nada más. Todo esto corroe al pueblo entero. ¿Por qué? Porque la población en general, al aceptarla, al ser indiferente, participa en su propia corrupción.
Pero, ¡cuidado! Que nadie se contente con señalar los vicios de los demás, si no somos capaces de señalarnos a nosotros mismos. Que cada panameño nos preguntemos por nuestra responsabilidad.
Recordemos, la peor corrupción es acostumbrarnos al mal y a la mediocridad.
Si aspiramos a una sociedad sana y en paz, debemos exigir y esperar honestidad, coherencia y testimonio, pero no solo de las autoridades, sino de cada uno de nosotros, en todas nuestras relaciones humanas y sociales, para que el bien común y la atención a los más necesitados sea una prioridad en nuestra sociedad.
Si nos dejamos renovar por el Espíritu, seremos el antídoto para este cáncer que corroe a nuestro país. Estamos convencidos que el testimonio de nuestra fe nos impulsará a ser constructores de una sociedad más fraterna y justa, transformando las situaciones de muerte en vida sin detenernos a lamentar sus manifestaciones.
Y es por ello que no debemos cansarnos de continuar apostando a la construcción de ciudadanía, que permita a todos el paso de meros habitantes a ciudadanos. Esto nos obliga al fortalecimiento de la democracia en el marco de los valores que nos dan identidad como Nación: la honestidad, el trabajo, el respeto, la solidaridad, la justicia; que si estos se viven, se traducen en Políticas de Estado, que orientan hacia un proyecto común de país. Este sigue siendo un fuerte desafío para nuestra Democracia.
EL FEMICIDIO
Una de las situaciones que no deja de preocuparnos es el femicidio. Una aberración que no podemos permitir en nuestra sociedad. Ya van en el año 19 mujeres muertas a manos de sus parejas. La violencia doméstica, por el hecho de ocurrir en la privacidad de los hogares, a menudo se encuentra envuelta en el silencio; porque muchos vacilamos en intervenir, aun cuando sabemos lo que está ocurriendo. Por la gravedad de estos hechos que llenan de luto a muchos hogares, nuestra actitud debe ser otra; debemos denunciar el maltrato y apoyar a las víctimas. ¡NO MÁS MUJERES ASESINADAS POR NUESTRA INDIFERENCIA!
TRABAJO INFANTIL
Hoy 12 de junio se ha dedicado a nivel internacional como el Día de la Erradicación del Trabajo Infantil. No puedo dejar de mencionar esta violación de la que son víctimas más de sesenta mil niños, niñas y adolescentes panameños en todo el país, afectando a nuestra infancia indígena, afrodescendiente y de las áreas urbanas marginales y rurales. Nos preocupa la explotación del trabajo infantil, porque evita que ellos se desarrollen en un ambiente adecuado y seguro en su familia, y los alejan de la escuela.
No podemos dormir tranquilos mientras haya un niño en el mercado laboral. Es hora de que padres, Estado, organismos de la sociedad civil e Iglesias nos pongamos de acuerdo para erradicar esta distorsión social en nuestro país.
EL MATRIMONIO Y LA FAMILIA
El próximo domingo 19 de junio, estaremos celebrando el Día del Padre y el inicio de la Semana de la Familia. Queridos papás, tengan presentes, que como hijos necesitamos del ejercicio de tu autoridad para que nos ayuden a crecer. Autoridad que pone límites pero no cierra horizontes: los abre. Y todos sabemos que sin límites, no hay dirección en el crecimiento. Sin la guía junto al tallo joven no se crece erguido, sino torcido; y no hay de dónde aferrarse frente a los vientos, hasta que las raíces sean fuertes para sostenerse por sí mismas.
No podemos hablar de ser padre, sin hablar de la familia. En estos tiempos en los que se habla tanto del respeto a los derechos humanos, queremos recordarles que uno de los principales derechos que debemos defender es el derecho a tener una familia. Por eso reafirmamos que el matrimonio es una unión estable entre un hombre y una mujer con el compromiso de formar una familia con determinados derechos y deberes.
Porque la familia es la base de la sociedad y el lugar donde las personas aprenden a conocer los valores que les guiarán durante toda su vida. Una sociedad que destruye la familia se suicida. Quien promueve la familia, promueve al hombre; quien ataca a la familia, ataca al hombre.
Por eso necesario que la familia sea protegida por las autoridades políticas nacionales e internacionales.
Hoy más que nunca hemos de recordar las palabras con las que el Santo Padre, el ahora Beato Juan Pablo II, hace 28 años en este mismo estadio y en la misa campal en Albrook, nos reafirmó sobre la importancia de la familia: (esposos presentes, tómense de las manos)
“Queridos esposos y esposas, renueven en esta eucaristía vuestra promesa de fidelidad mutua. Asuman con servicio específico en la Iglesia, la educación integral de sus hijos; colaboren con sus obispos y sacerdotes en la evangelización de la familia.
Y recuerden siempre que el cristiano auténtico, aun a riesgo de convertirse en signo de contradicción, ha de saber elegir bien las opciones prácticas que están de acuerdo a vuestra fe”. (Homilía el Papa Juan Pablo II, el 5 de marzo de 1983).
AÑO INTERNACIONAL DE LOS AFRODESCENDIENTES
Este Año 2011, ha sido dedicado a los afrodescendientes, lo que es una oportunidad para trabajar en pos de la plena participación, libre y en igualdad de condiciones, de este sector de la población en todos los aspectos de la vida política, económica, social y cultural de nuestro país.
La Iglesia “en su misión de abogada de la justicia y de los pobres se hace solidaria de los afroamericanos en las reivindicaciones por la defensa en la afirmación de sus derechos, ciudadanía, y proyectos propios de desarrollo”. DA. No 533.
LA CIUDADANIA DE DIOS
Nuestros pecados sociales y personales, que se reflejan en la corrupción, la injusticia, la pobreza y tantas otras acciones humanas, son producto del rechazo al mensaje de Jesucristo y la negación a la ciudadanía de Dios en nuestras vidas.
Les reitero tal como lo asegura San Pablo que: “ustedes no han recibido un espíritu de esclavos, para volver a caer en el temor, sino el Espíritu de hijos adoptivos que nos hace llamar a Dios: ¡Abbá, es decir, Padre mío!”. Y porque sabemos que somos hijos del Dios de la Vida, nos quita todos los miedos, cobardías, fanatismos y recelos. Antes podíamos dejarnos llevar por la tentación de quedarnos en la sacristía, renunciar a dar testimonio de la fe, la cobardía y hasta el resentimiento.
Hoy estamos seguros de que el Espíritu está en nosotros, que nos alienta a superar la incapacidad para el diálogo, el odio y la intolerancia…Él nos asegura que tenemos la “verdad”, la “libertad”, la “audacia” para construir un mundo más humano, sin odios, ni racismos, en diálogo fraterno, sin muertes de ningún tipo, con sueldos dignos; y nos asegura que todos, absolutamente todos, somos iguales, porque somos hijos de Dios.
Con plena convicción les decimos que la Iglesia sin miedo seguirá firme en su compromiso de alcanzar algo mejor para nuestra sociedad, porque confía en Jesús, que envía su Espíritu para transformar todas las cosas, para que sigamos siendo una Iglesia comprometida con la verdad, con la justicia, con la libertad, con el amor. Así contribuiremos a hacer un mejor país, inspirando a todos a que la liberación del pecado, nos lleve a la liberación del mal en todas sus dimensiones.
SEMANA DE ORACION POR LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS
Este domingo también iniciamos la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos. A veces, olvidamos que la unidad es, ante todo, un don del Espíritu Santo, y oramos poco por esta intención.
“Esta conversión del corazón y esta santidad de vida, juntamente con las oraciones privadas y públicas por la unidad de los cristianos, han de considerarse como el alma de todo el movimiento Ecuménico y con razón puede llamarse ecumenismo espiritual” DA # 125. Por eso les invito a que en sus parroquias, movimientos y en la privacidad de sus hogares, eleven plegarias para que todos los que nos llamamos cristianos, demos testimonio de un Cristo Vivo, que ha venido a darnos vida y vida en abundancia.
SANTIFICACIÓN DEL CLERO
La Iglesia universal se dispone a celebrar, el 29 de junio, la solemnidad de san Pedro y san Pablo, coincidiendo con los 60 años de la ordenación sacerdotal del Santo Padre Benedicto XVI.
Como testimonio de nuestra gratitud y comunión por el servicio que está ofreciendo a Dios y a su Iglesia, y en el marco de la Jornada por la santificación del Clero, se nos invita a ofrecer 60 Horas de Adoración Eucarística.
En nuestra Arquidiócesis se ofrecerán estas 60 Horas de Adoración Eucarística, los días 29 y 30 de junio y 1 de julio, en la Parroquia Santa Eduvigis en Betania, iniciando con la Eucaristía el día 29 de junio, a las 7:00 a.m.
A todas las Parroquias, les exhortamos a realizar el jueves 30 de junio, la Adoración Eucarística con la intención especial de pedir por la santificación del clero y las vocaciones sacerdotales. Y que participen también el 1 de julio, de la Jornada por la Santificación del Clero, que tendrá lugar en la Parroquia Nuestra Señora de Lourdes, en Carrasquilla, a las 10 de la mañana.
JORNADA VOCACIONAL
De manera especial quiero invitar a los jóvenes que en este momento se están preguntando qué quiere Dios en sus vidas, para que asistan a la Jornada vocacional que se efectuará del 1 al 3 de julio, en el Seminario Mayor San José. Tal vez allí encuentren una respuesta, y una respuesta para toda la vida.
DIA DEL LOCUTOR
No podemos concluir esta celebración sin felicitar a los locutores en su día. Panamá ha sido una tierra de grandes y espectaculares locutores, muchos de ellos han dejado en cada silaba lo mejor de si hasta sus últimos días, muchos aún ejercen con total profesionalismo la locución, otros ya se han retirado dejando con sus maravillosas voces en la memoria de los oyentes, grandes momentos de nuestra historia retumbando en nuestros recuerdos.
Que María, la que estuvo presente en Pentecostés, en el nacimiento de la Iglesia, la que nos ha acompañado en estos 500 años en la Iglesia Panameña, bajo la advocación de La Antigua, nos ayuden a ser fieles en la misión encomendada por su hijo Jesús… en este momento de renovación del caminar de nuestra Iglesia, a partir de esta Asamblea de Pastoral, que acabamos de concluir